jueves, 13 de abril de 2017

Filipenses 3:21

Buenos días, os dejo una promesa, que no sé si tú necesitas declarar hoy, pero yo sí que sí. Este cuerpo dolorido y débil que me acompañará siempre, llega el día cuando Dios lo transformará en un cuerpo glorioso, sin debilidad, sin dolor, sin fallos. Amén.

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