martes, 24 de octubre de 2017

Salmo 37 1ª Parte - El justo descansa en paz vv 1-11




El salmista es muy claro

  • no te impacientes, no te preocupes
  • no tengas envidia
Estamos ante un mundo de maldad y algunos malos tristemente avanzan rápido, se enriquecen. Ellos están centrados en avanzar en el mundo y con el dinero, centrados en sus cosas y tristemente el pueblo de Dios los mira y se impacienta.

Lo peor no es mirar sino impacientarse, (que conlleva la idea de sentirse enojado), y tener envidia . ¿Cómo el pueblo de Dios puede dejarse llevar por eso? pero algunos lo hacemos. Vemos que la gente no está centrada en lo bueno y aún así avanzan y quizás uno está centrado en Dios y tiene mucho en contra. Pero la verdad es que debemos entender que el pueblo de Dios está en medio de una guerra y hay un enemigo que no quiere que avances. Necesitamos mirar a Dios y no a los malignos.

Nuestra meta debe ser el avance del Reino de Dios.

Considera el futuro, tu futuro. No hay mayor beneficio, privilegio, prosperidad que vivir por la eternidad con Dios. Es tiempo de empezar a valorar las cosas a los ojos de Dios. Las finanzas son efímeras, las bendiciones de Dios son eternas. Mira al Señor. 

¿Por qué nos dice esto el salmista? Porque el destino de los malignos e inicuos no es otro que el decaimiento, serán cortados, serán consumidos, dice que pronto se secan. 

Los que no miran a Dios y se centran en Él, terminarán secos y cortados. Así que debemos mirar las cosas con la perspectiva correcta, a la vista de la eternidad y está claro que hay una gran diferencia entre el que será el futuro de ellos y el que será el futuro del pueblo de Dios

En vez de impacientarte, enfadarte, aprende a esperar en Dios, a confiar en Él, Él sabe tus necesidades y todas ellas serán cubiertas. Jesús enseñó "el pan nuestro de cada día. dánoslo hoy". No nos dejará.

Pero no es una espera pasiva, sino activa. Aquel que confía en Dios debe ocuparse en hacer el bien. Ten una vida entregada al servicio, al beneficio de Dios y de otros. Hacer el bien implica enfocarte en otros y no tanto en ti.
El mejor método para eliminar la envidia es esperar en Dios y buscar el bien de otros.

¿Cuáles son las recompensas de esta actitud?

  • habitarás en la tierra. La palabra que se traduce por habitar implica residir, morar. Conlleva un sentido de estabilidad, de permanencia, de identificación 
  • te apacentarás de la verdad. Que tremendo cuando la verdad es el alimento diario de tu vida

El Señor también nos llama a:

  • Deleitarnos en Él creyendo que Él dará lo que le pidas porque tus peticiones partirán de un corazón en armonía con el corazón de Dios. Deleitarse implica la idea de dejarte moldear por el Señor, dejar que lo que está en su corazón pueda ser puesto en el tuyo.

  • Entrégale al Señor tu camino, lo que te gustaría hacer, tu futuro. 
  • Espera la respuesta de Dios. Deja que Él pueda enderezar lo que no es conforme a su voluntad para ti. Él sabe lo mejor, quiere librarte de aquello que pueda dañarte, de desengaños.
  • Descansa en que Él hará. Cuando es Dios quien ha preparado el itinerario de tu día, de tu vida puedes confiar que Él te dará lo necesario para poder llevarlo a cabo, las fuerzas, energías, ánimo, recursos.
  • Guarda silencio delante de Dios, no te quejes, guarda silencio reverente ante Él. Es fácil gritar nuestros derechos pero lo seguro es dejar que Él saque a luz tus derechos.
  • Espera en Dios, descansa, no vuelvas a hacer las cosas ni a tu modo, ni como piensas, tan solo confía en Mí, dice el Señor, puedes pararte y descansar en el hecho de que yo soy tu Justicia,
  • No te alteres, no te turbes por ver aquellos que hacen mal y prosperan. Sus éxitos son momentáneos, efímeros y los tuyos eternos con Él y en Él.
  • Deja la ira. ¡Cuán terrible es ! He luchado por años contra ella. La ira toma el control de tu lengua, pensamientos y sentimientos y deja heridas y destrucción a su paso. Si sientes que es un problema en ti, pide a Dios la victoria sobre ella. De nada provechoso te servirá
  • Desecha el enojo. Dice el CBMH "el enojo no conviene, pues hace que los justos se metan en el mismo camino de los impíos". ¡Qué razón!. Cuando dejamos que  el enojo nos controle, perdemos la victoria que teníamos ganada con Él.
  • No te excites a hacer lo malo. La gente justa no hace el mal, no hay cabida a las mismas tácticas, ni a los atajos. El camino malo lleva a muerte no lo dudes. No dejes que en ti haya pasión para otra cosa que no sea Dios y su llamado a tu vida. ¿Cómo dejarse apasionar por aquello que no es el llamado de Dios para nuestra vida?. No lo permitas nunca, corta esa tentación de raíz.
En medio de estas peticiones, Dios trae una promesa.

Hay un momento en que el hijo de Dios sufre injusticia pero puede confiar que Dios es un Dios de justicia que sacará tu justicia como la luz, tu derecho como el medio día.

Quizás algunos piensan que van a triunfar siempre en sus actos injustos, que van a salir impunes por siempre pero el justo puede reclamar esta promesa, tu Señor me harás justicia.

¿Hay momentos en los que quizás parece que todo es oscuro a tu alrededor, parece que las nubes espirituales oscuras te oprimen y que está cayendo una fuerte tormenta sobre ti?. No te desanimes Dios ha prometido que te hará justicia y podrás sentir que hay luz contigo, que hay tanta claridad como el mediodía, que la tormenta no se quedará.

Dios quiere que sepas que puedes descansar  y dejarle actuar. Ten fe, lo verás actuar. Es por eso que nos llama a cambiar y pararnos. Quizás si te pareces a mi encontrarás que no es fácil pero si posible. Descansa en Él y sigue sus consejos.

Y finalmente ¿cuáles son las razones que da a estos mandamientos?.

El destino de los malignos:
  • Serán destruidos, El resultado de sus acciones es que perderán todo. El impío tiene un tiempo controlado por Dios para que actúe pero llega el día en el que será quitado. 
  • De aquí a poco no solo no existirán ellos sino que el lugar que ocupan hoy ya no estará.
El destino de los justos:
  • Heredarán la tierra. Necesitamos mirar el futuro, saber el final, ser conscientes de la realidad de lo que vivimos. ¿Conoces cuál es el final? Porque es tremendamente importante saberlo. Cree en las palabras que Dios dio a David o cree en las palabras que nos dio el Señor Jesucristo en el Monte (Mateo 5;5) "Bienaventurados los mansos: porque ellos recibirán la tierra por heredad". Aleluya, ellos heredarán la tierra, ellos se deleitarán, disfrutarán por la abundancia de paz. Hoy vivimos en un mundo convulso y egoísta, pecador pero nuestro futuro eterno será abundancia de paz.
No cedas ante el impío, no cedas ante las injusticias, enfócate en Dios, en su planes perfectos.

Que Dios te bendiga


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Bibliografía:

Santa Biblia - Versión Reina Valera 1909
Comentario Bíblico Mattew Henry
Comentario Mundo Hispano - Salmos
De lo profundo Señor, a ti clamo . Dr. Samuel Pagán
El Tesoro de David - C.H. Spurgeon




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