domingo, 4 de enero de 2015

Deuteronomio 32:10


Gracias Señor porque cuando caminaba de espaldas a ti, me hallaste. Gracias porque aunque estaba rodeada de muchos y muchas cosas, viste lo que nadie podía ver, mi soledad interior.
Gracias por llevarme a tierra de vida, de fruto, de propósito...
Gracias por instruirme cada día, por revelar tus secretos, tus diamantes, a mi.
Gracias por guardarme estos años.
Gracias por tu fidelidad.
Gracias porque he sentido tu amor, tu protección, tu ayuda.

Me guardas como a la niña de tus ojos.

GRACIAS MI SEÑOR JESÚS.

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