sábado, 21 de abril de 2018

Club de lectura - Libro de los Hechos de los apóstoles capítulo 22


Varones hermanos y padres, oid la razón que ahora os doy.
(Y como oyeron que les hablaba en lengua hebrea, guardaron más silencio.) Y dijo:
Yo de cierto soy Judío, nacido en Tarso de Cilicia, mas criado en esta ciudad á los pies de Gamaliel, enseñado conforme á la verdad de la ley de la patria, celoso de Dios, como todos vosotros sois hoy.

Que he perseguido este camino hasta la muerte, prendiendo y entregando en cárceles hombres y mujeres:
Como también el príncipe de los sacerdotes me es testigo, y todos los ancianos; de los cuales también tomando letras á los hermanos, iba á Damasco para traer presos á Jerusalem aun á los que estuviesen allí, para que fuesen castigados.
Mas aconteció que yendo yo, y llegando cerca de Damasco, como á medio día, de repente me rodeó mucha luz del cielo:
Y caí en el suelo, y oí una voz que me decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
Yo entonces respondí: ¿Quién eres, Señor? Y me dijo: Yo soy Jesús de Nazaret, á quién tú persigues.
Y los que estaban conmigo vieron á la verdad la luz, y se espantaron; mas no oyeron la voz del que hablaba conmigo.
10 Y dije: ¿Qué haré, Señor? Y el Señor me dijo: Levántate, y ve á Damasco, y allí te será dicho todo lo que te está señalado hacer.
11 Y como yo no viese por causa de la claridad de la luz, llevado de la mano por los que estaban conmigo, vine á Damasco.
12 Entonces un Ananías, varón pío conforme á la ley, que tenía buen testimonio de todos los Judíos que allí moraban,
13 Viniendo á mí, y acercándose, me dijo: Hermano Saulo, recibe la vista. Y yo en aquella hora le miré.
14 Y él dijo: El Dios de nuestros padres te ha predestinado para que conocieses su voluntad, y vieses á aquel Justo, y oyeses la voz de su boca.
15 Porque has de ser testigo suyo á todos los hombres, de lo que has visto y oído.
16 Ahora pues, ¿por qué te detienes? Levántate, y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre.
17 Y me aconteció, vuelto á Jerusalem, que orando en el templo, fuí arrebatado fuera de mí.
18 Y le vi que me decía: Date prisa, y sal prestamente fuera de Jerusalem; porque no recibirán tu testimonio de mí.
19 Y yo dije: Señor, ellos saben que yo encerraba en cárcel, y hería por las sinagogas á los que creían en ti;
20 Y cuando se derramaba la sangre de Esteban tu testigo, yo también estaba presente, y consentía á su muerte, y guardaba las ropas de los que le mataban.
21 Y me dijo: Ve, porque yo te tengo que enviar lejos á los Gentiles.
22 Y le oyeron hasta esta palabra: entonces alzaron la voz, diciendo: Quita de la tierra á un tal hombre, porque no conviene que viva.
23 Y dando ellos voces, y arrojando sus ropas y echando polvo al aire,
24 Mandó el tribuno que le llevasen á la fortaleza, y ordenó que fuese examinado con azotes, para saber por qué causa clamaban así contra él.
25 Y como le ataron con correas, Pablo dijo al centurión que estaba presente: ¿Os es lícito azotar á un hombre Romano sin ser condenado?
26 Y como el centurión oyó esto, fué y dió aviso al tribuno, diciendo ¿Qué vas á hacer? porque este hombre es Romano.
27 Y viniendo el tribuno, le dijo: Dime, ¿eres tú Romano? Y él dijo: Sí.
28 Y respondió el tribuno: Yo con grande suma alcancé esta ciudadanía. Entonces Pablo dijo: Pero yo lo soy de nacimiento.
29 Así que, luego se apartaron de él los que le habían de atormentar: y aun el tribuno también tuvo temor, entendido que era Romano, por haberle atado.
30 Y al día siguiente, queriendo saber de cierto la causa por qué era acusado de los Judíos, le soltó de las prisiones, y mandó venir á los príncipes de los sacerdotes, y á todo su concilio: y sacando á Pablo, le presentó delante de ellos.

6 comentarios:

  1. Pablo nos va a relatar su conversión en estos versículos. Será la primera vez pero no la única que lo leeremos en estos capítulos de Hechos. Siempre adaptará el mensaje a la gente que lo escucha porque aunque es un juicio siempre encuentra que allí donde está, es el lugar y los oyentes idóneos para oír la verdad, Jesús, al que perseguía ( y que ustedes persiguen) es el Señor.

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  2. En este capítulo se nos relata la fuerte oposición que sufrieron los primeros discípulos de Jesús. los judíos, lo apresaban y los castigaban. Allí estaba Pablo, quien un día fue perseguidor y ahora perseguido, y acusado por la misma causa "SU FE".

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  3. "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?"
    Impresiona pensar que Pablo hasta ese momento había demostrado que era un hombre comprometido con el Dios de Israel. Un hombre religioso como pocos y sin embargo persiguiendo y luchando en contra de los planes de Dios. Necesitó de una revelación misericordiosa de parte de Jesús para que pudiera entender el sentido de la vida y sacrificio de Cristo. Que la gracia y misericordia de Dios alumbre nuestros rostros para que podamos ver realmente quién es Él.

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  4. Son los últimos capítulos, van a arrestar a Pablo por su fe. Pareciera que todo lo que tenía Dios para él se va a truncar por la oposición de los hombres, pero lejos está la realidad. Desde la cárcel escribiría la mayoría de las grandes epístolas. Creía que estaba llamado a decir la verdad a los Gentiles, y así lo ha sido. Esta Verdad, sigue siendo leída, estudiada, predicada. Muchos, pero que muchos años después. Si estás en un momento de tu vida que parece que no vas a poder con aquello que anhelas, que hay obstáculos grandísimos, cree que Dios te usará mucho más de lo que crees si tan solo sigues confiando en Él y Su llamado a tu vida.

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  5. Vemos la transformación tan grande que tuvo Pablo en su vida... NO importa lo que fuimos, DIOS puede hacer grandes cosas en nuestras vidas y transformarnos en gente con propósito...
    Gracias Señor por dar valor a nuestras vidas

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  6. Pablo pasó de ser el perseguidor a convertirse en perseguido, injuriado, de maltratarlo... Y todo por servir al Señor

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